Te esperamos en Empack para compartir contigo las últimas novedades y tendencias.
Vivimos en una era de aparentes contradicciones: se promueve un mayor consumo, pero al mismo tiempo se exige un menor impacto ambiental. Las empresas prometen aumentar su producción mientras aseguran reducir su huella de carbono. Estos reclamos se extienden a prácticamente todos los sectores, y la comunicación gráfica no es la excepción. Un ecosistema que nutre el mercado de valor y también de residuos, donde nuestro papel es clave.
Una visión global de la comunicación gráfica desde Dilograf Labels, nuestra división de etiquetas adhesivas, y desde la división editorial Vanguard Graphic. Ambas divisiones comparten el mismo esfuerzo en presentar nuevos materiales más sostenibles y atractivos, como es la caña de azúcar o el bambú.
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Te asesoraremos de todos los beneficios y ejemplos de lo que pueden ofrecerte estos materiales 100% naturales y ecológicos.
Te esperamos en nuestro Stand 5D20, el 27 y 28 de noviembre en IFEMA Madrid
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¿INNOVACIÓN O RE-EVOLUCIÓN?
Una breve introducción de lo mucho que verás:
El papel de bambú ofrece importantes beneficios ecológicos, ya que proviene de una planta de rápido crecimiento que no requiere pesticidas ni fertilizantes. Además, su cultivo utiliza menos agua que los árboles y permite cosechas sin dañar las raíces, lo que favorece la regeneración continua sin deforestación. Este papel es resistente y duradero, lo que lo hace ideal para productos de mayor calidad. Por otro lado, el bambú ayuda a absorber más dióxido de carbono que muchas otras plantas, lo que contribuye a la lucha contra el cambio climático.
El papel de caña de azúcar, por su parte, destaca por aprovechar los residuos de la industria azucarera, reutilizando el bagazo, que de otro modo sería desperdiciado. Esto promueve una economía circular, haciendo un uso más eficiente de los recursos. Su producción requiere menos agua y productos químicos que el papel convencional, lo que reduce su huella ecológica. Además, es una opción económica y completamente biodegradable, lo que lo convierte en una alternativa ideal para productos desechables o empaques sostenibles